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Una de las compañías de teatro más antiguas del mundo

Viaje atrás en el tiempo hasta una época de música y drama clásicos

En el distrito 1, en el número 2 de la rue de Richelieu en la Place André-Malraux, se encuentra el teatro Salle Richelieu, sede de la «troupe» Comédie-Française. Ubicado en pleno corazón de París, es uno de los pocos teatros nacionales en Francia y el único que cuenta con su propia «troupe» de actores. Previamente conocido como La Maison de Molière, el teatro comparte historia orgulloso con el exitoso dramaturgo del siglo XVII y, aunque su nombre oficialmente ha cambiado, muchos parisinos siguen llamándolo con cariño la “casa de Molière”. 

Una de las sedes teatrales más antiguas de Francia 

Fundada por el rey Luis XIV en 1680, esta troupe de actores se unió por primera vez para unir a las dos troupes rivales de la ciudad. Con un nuevo nombre, Actores de la Comédie-Française, la troupe recibió una subvención real del opulento rey para que mantuviera el teatro próspero y en funcionamiento. Con el apoyo real y bajo la dirección de Molière, en el teatro se representaron obras del propio dramaturgo, y de otros autores populares como Jean Racine, Pierre CorneillePaul Scarron y Jean Rotrou ante un público entusiasmado.  

Gracias al duradero vínculo entre la compañía teatral y esta ubicación, es una de las troupes de actores más antiguas del mundo. Pese a la revolución, las guerras mundiales y las disputas internas, siempre ha habido una troupe de actores con sede en la Comédie-Française desde 1680. Con más de 3000 obras en su repertorio, la troupe actualmente actúa en tres teatros de París: la Salle Richelieu, el Théâtre du Vieux-Colombier y Studio-Théâtre. 

El actual edificio data de 1799 y desde entonces, ha sido la sede de la Comédie-Française que previamente se trasladó de un teatro a teatro en París hasta que encontró esta sede permanente. Al igual que el repertorio de obras y el elenco de actores en su compañía, el edificio del teatro ha experimentado constantes cambios y ampliaciones a lo largo de los años. En la década de 1800, debido a su popularidad y el aumento de la concurrencia, el teatro se amplió, pero tuvo que ser reconstruido en 1900 debido a un desgraciado y terrible incendio que destruyó la mayor parte de la estructura original. 

Arquitectura excepcionalmente opulenta e imponente 

El exterior del teatro está construido en un estilo de auditorio italiano, de moda en la época. Su cercanía con el Palais-Royal supuso un verdadero desafío para el arquitecto, Victor Louis, que tuvo que ser cuidadoso para no diseñar nada que alterara o entrara en conflicto con el palacio existente. Con columnas clásicas, cientos de ventanas de guillotina y la fachada en piedra de color crema, Louis logró un maravilloso trabajo haciendo que el teatro encajara a la perfección con la arquitectura existente a su alrededor.

Una vez en el interior, los visitantes se encuentran con todo lo que se puede esperar de una institución francesa clásica: brillantes lámparas de araña, escaleras doradas y lujosos asientos de terciopelo rojo. Llegó a albergar 2000 butacas, pero tras el incendio que arrasó el teatro y el establecimiento de nuevas normas de seguridad, el aforo actual de 862 plazas es más modesto. La profunda forma en herradura del auditorio permite disfrutar de una experiencia personal e íntima, donde los espectadores pueden verse claramente. Esto significa que el público se alimenta de la energía de la sala y de la acción que se desarrolla ante ellos desde una mayor cercanía que otros teatros más amplios y abiertos. El vínculo entre el actor y el espectador se vuelve más intenso debido a este diseño y la acústica del teatro es brillante, contribuyendo a aumentar esa sensación de intimidad. 

Una experiencia cultural como ninguna otra 

Pisar el escenario como un miembro de la Comédie-Française se ha convertido en un rito de paso para actores y dramaturgos de Francia en los últimos 300 años. De forma similar a la Royal Shakespeare Company en Gran Bretaña, cualquier actor que desee avanzar en su carrera aspirará a trabajar en obras con la Comédie-Française. Algunos actores forman parte de la troupe durante toda su vida, pasando a ser conocidos como “sociétaires” y obtienen una pensión tras 20 años de servicios, mientras que otros la utilizan como un trampolín para hacer el salto a la televisión o al cine. 

Con una temporada larga que funciona ininterrumpidamente desde septiembre hasta julio, sin duda habrá un espectáculo que atraiga a cualquier visitante a París. El público francófono puede asistir a una obra teatral clásica como Tartufo de Molière o bien a un ballet como Romeo y Julieta. La próxima vez que visite París, asegúrese de consultar la programación del teatro en su sitio web primero para asegurarse una noche inolvidable de historia francesa, romanticismo o entretenimiento apasionante.